En La Habana, Cuba puedes verle la cara a Napoleón I

 

* Todas las fotografias fueron tomadas por Julio Zamudio.

Escondida a contra esquina de la Universidad de La Habana, en pleno Vedado, se encuentra La Dolce Dimora (La Dulce Morada), construida entre 1926 y 1929 por arquitectos cubanos de renombre y propiedad del Dr. Italiano Orestes Ferrara Marino, quien ostentó diversos cargos públicos en Cuba, hasta el triunfo de la Revolución.

Pocos o casi ningún “turista” conoce la existencia de este importante Museo Napoleónico, con una de las colecciones de objetos personales y de arte relacionados con la figura de Napoleón I, de Julio Lobo considerada como una de las más importantes del mundo (más de 8 mil piezas son exhibidas).

La casa de cuatro pisos y de estilo ecléctico, se inspiró en los palacios florentinos y las viviendas coloniales habaneras, en sí la propiedad es una obra de arte con sus maderas  finas como caoba y cedro de Cuba, amplias terrazas,  mármoles y vitrales italianos.

La biblioteca es impresionante, realizada totalmente en madera, los candelabros y objetos como muebles, comedores, vajillas, porcelanas, armas, uniformes, condecoraciones, pinturas y esculturas, todos relacionados con Napoleón I, sin faltar objetos personales y sus máscaras mortuorias, colección impresionante que el empresario y magnate Julio Lobo logro conjuntar traídos a Cuba de Europa y Estados Unidos y que tras el triunfo de la Revolución y su salida del país, ahora forman parte del patrimonio de la nación cubana.

Cuando visite La Habana, no deje de conocer “La Dolce Dimora”, por que es posible que ni en Europa encuentre una colección tan amplia sobre Napoleón I y admire los detalles traídos de todo el mundo para la construcción y decoración de “La Dulce Morada”.

 

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