LA RENTABILIDAD EN LA AGRICULTURA SE OBTIENE CON EFICIENCIA PRODUCTIVA, NO FORZANDO LOS PRECIOS

Colaboración: Ing. Rubén Meraz Figueroa
Director de la Revista Valor Presente
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En los medios agrícolas de nuestra región y probablemente en todo el país, los productores de granos están pugnando (me atrevo a suponer que exigiendo), para que el producto de sus cultivos alcancen una rentabilidad “justa”; apropiada en términos al riesgo, tiempo y recursos invertidos que asumen en el periodo. Sin duda los productores de granos tienen razón en elevar la voz, para que les sigan escuchando las autoridades del ramo, a fin de que conjuntamente vuelvan ha encontrar “senderos convenientes“con el objeto de lograr una rentabilidad financiera adecuada.

¿Qué es la rentabilidad? Es un elemento que se aplica a toda acción económica en la que se movilizan medios materiales, humanos y financieros con el fin de obtener determinados resultados. En general, la rentabilidad financiera es la medida de rendimiento que en un explícito periodo indica una posición de riesgo.
Resulta conveniente, que los agricultores conozcan y dominen con mayor amplitud, las expectativas de sus cultivos a sembrar, en términos de rentabilidad y el riesgo que conlleva hacerlos.

A efecto de practicar algunos análisis sencillos con los cultivos de granos de mayor importancia en nuestra región, en el ciclo agrícola 2012-2013, se presenta el siguiente cuadro.  [Leer mas]



Con base en este sencillo análisis, el agricultor estará en condiciones de utilizar el contenido hasta encontrar las proporciones que cada uno puede lograr de acuerdo a las capacidades del productor.
Un ejemplo para avanzar. Un agricultor productor de trigo en el norte del estado, considera que puede incrementar el rendimiento en 400 kilogramos por hectárea en su parcela y al mismo tiempo reducir el 15% del costo de producción, dejando que el precio  permanezca sin movimiento.
NUEVO ANALISIS:



En este análisis, se observa que el rendimiento se incrementa un 8.5% equivalente a 400 kilogramos, para llegar a 5,0 toneladas por hectárea. Por otra parte, el costo de producción se redujo (sin renta de tierras) el 15%, de $16,628 se cayó a $14,134, derivado por realizar mejores prácticas agronómicas, reducción en la labranza y aplicación adecuada de fertilizantes entre otras acciones; los resultados fueron altamente significativos.
Este análisis muestra, que no obstante que los precios del trigo permanezcan sin cambios; sin embargo, cuando el rendimiento se incrementa ligeramente, las condiciones de rentabilidad mejoran; si paralelo a ello los costos se reducen, la proyección de la rentabilidad se incrementa exponencialmente. Los productores tienen participación directa para incrementar los rendimientos por hectárea y también son responsables del monto de los costos de producción; pero donde  no tiene directamente influencia, es en los precios de los productos que obtienen. Por lo tanto, los agricultores tienen que hacer su parte en incrementar los rendimientos y reducir los costos de producción a fin de alcanzar una rentabilidad que sea producto de la eficiencia productiva y no luchar afanosamente por el incremento de los precios, para forzar una rentabilidad artificial.
En el caso de maíz (sin renta de tierra), la rentabilidad llega al 42.34%. Pero al incorporar el costo de rentar tierra ($8,000 por hectárea promedio), la rentabilidad se reduce al 10.49%. Bajo estas condiciones, los rendimientos deben ser superiores a las once toneladas por hectárea a fin de lograr utilidades adecuadas.
Al realizar este tipo de análisis, se desprenden muchas opciones para escoger cultivos; por ejemplo: el maíz, garbanzo, sorgo y frijol, presentan menos riesgos en el centro del estado que en el norte, ya que son cultivos que se siembran en otoño-invierno y están propensos a heladas en enero y febrero.
El cultivo de trigo en el norte del estado, solamente se recomienda a productores capaces de obtener rendimientos superiores a las 5.0 toneladas por hectárea y que estén dispuestos a tomar medidas en la reducción de costos de producción en sus siembras.
El sorgo, resulta ser el cultivo con mayor conveniencia, pese a que fue el cultivo que se desechó por incrementar las siembras de otros cultivos;  actualmente se observa que con rendimientos de siete toneladas de grano por hectárea se obtiene una rentabilidad más efectiva que otro agricultor que obtiene diez toneladas de maíz. El rendimiento por peso invertido es mejor en sorgo que con el maíz. Además, el sorgo se siembra en un rango amplio de tiempos y estos pueden suceder  a finales de enero; de tal suerte que los problemas de heladas, se reducen notablemente en  los valles agrícolas con este cultivo. El precio del sorgo debiera ser a lo sumo, 10%  menor que el precio del maíz, no obstante que el valor nutritivo para la alimentación pecuaria, los hace casi  equivalentes.
Por lo que respecta al cultivo de garbanzo, es una buena opción, sin embargo, en la zona de Angostura y Guasave, está expuesto a heladas, así mismo, habrá que considerar los problemas en la comercialización a fin de atender los  mercados de exportación; por lo que habrá en todo tiempo regular la oferta con este cultivo.
Estos sencillos análisis de tipo financiero, en todo momento deben ir acompañados de los análisis de riesgo productivo, riesgos del mercado y las expectativas de la volatilidad de los precios internacionales. El seguro agrícola y la protección de precios será necesario considerarlo en cada ocasión.

 

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